Ante el adelanto de las elecciones al 20 de noviembre, algunos afirman tranquilamente que votarán a Mariano Rajoy. Libertad y pragmatismo nunca han ido juntos. Cuando alguien elige el mal menos, legitima el mal, aunque sea “el menor”.
Es gracioso ver como muchos se quejan del socialismo, la falta de libertad de expresión, del intervencionismo, el sistema y toda esa retórica, pero a la hora de actuar (lo que en economía llamamos preferencias reveladas) no paran de legitimar el sistema una y otra vez . ¿La razón? La de siempre, el miedo, concretamente, el miedo a la libertad. Es la misma hipocresía que esgrimen los pijoprogrés cuando reniegan de McDonalds y luego se van a uno. Cunado dicen que han de subir impuestos y luego pagan en negro al lampista, piden igualdad para todos los seres humanos y luego gritan al Gobierno que expulse a los inmigrantes, o se lamentan del hambre en África y son incapaces de hacer una triste donación a una ONG.
Por otra parte, Rajoy tiene un “programa” vago, difuso y populista que solo apunta a fines y no a medios. Nos dice: “quiero reducir el paro, aumentar la competitividad, el bienestar”. Bueno, ¿y quién no? Es lo mismo que dicen los socialistas del PSOE. Lo que hemos de saber para tener un programa decente es qué medios usará para tales logros. No es más que retórica populista. Y el elector, sin creerse nada, sigue con la misma liturgia del voto.
Es gracioso ver como muchos se quejan del socialismo, la falta de libertad de expresión, del intervencionismo, el sistema y toda esa retórica, pero a la hora de actuar (lo que en economía llamamos preferencias reveladas) no paran de legitimar el sistema una y otra vez . ¿La razón? La de siempre, el miedo, concretamente, el miedo a la libertad. Es la misma hipocresía que esgrimen los pijoprogrés cuando reniegan de McDonalds y luego se van a uno. Cunado dicen que han de subir impuestos y luego pagan en negro al lampista, piden igualdad para todos los seres humanos y luego gritan al Gobierno que expulse a los inmigrantes, o se lamentan del hambre en África y son incapaces de hacer una triste donación a una ONG.
Por otra parte, Rajoy tiene un “programa” vago, difuso y populista que solo apunta a fines y no a medios. Nos dice: “quiero reducir el paro, aumentar la competitividad, el bienestar”. Bueno, ¿y quién no? Es lo mismo que dicen los socialistas del PSOE. Lo que hemos de saber para tener un programa decente es qué medios usará para tales logros. No es más que retórica populista. Y el elector, sin creerse nada, sigue con la misma liturgia del voto.
”No te pido que levantes tus manos contra el tirano para derribarlo, sino que ya no lo sostengas más, y entonces lo verás, como a un gran Coloso cuyo pedestal se le ha retirado, caer por su propio peso y destrozarse en pedazos”.
Choca en aquellos que se quejan del bipartidismo acaben reforzándolo con sus votos. La única forma de acabar con él, no es mediante métodos violentos sino no votar u optar por elecciones más acordes a la libertad, como el Partido de la Libertad Individual. El único partido liberal de este país. La democracia sin ideología, solo es un mercadeo de votos y favores. La verdad es que siempre será así porque es su consecuencia lógica. Por eso la democracia siempre será populismo.
Una sociedad de cobardes y con un sentimiento tan arraigado a la esclavitud no va a cambiar jamás. El mal menor, acaba siendo el peor de los males.
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